miércoles, 10 de diciembre de 2014

Por una sonrisa

A menudo la gente que trabaja en los estudios de tatuajes suele parecernos un poco ruda y generarnos desconfianza. Esto es debido a que, normalmente y no siempre, suelen vestir ropa punk, están llenos de tatuajes y de piercings, la cosa más lógica del mundo cuando trabajas como tatuador, pero la mayoría te sorprenden rápidamente por su amabilidad, ya que son personas acostumbradas a tratar con el público, y ante todo son artistas.
En relación con esto, existe una entrañable historia acerca de un tatuador y una niña muy especial. La historia sucede en Nueva Zelanda y demuestra que todas esas ideas preconcebidas pueden tratarse tan sólo de fachada, porque como veremos, tras esos tatuajes y piercings se esconde un hombre con un corazón de oro.
Suzie, es una mujer con síndrome de Down que cada viernes acude al estudio “músculo y tinta” de Jason Ward, un profesional del mundo del tatuaje, para que la tatúe con calcomanías: Suzíe es una amante empedernida de los tatuajes, en especial de los diseños maoríes, y lleva acudiendo a su cita con Jason, cada viernes durante los últimos tres meses, para que éste la tatúe. Debido a su enfermedad, ningún tatuador accedió a marcar su piel con tinta hasta que conoció a Jason
“La primera vez que entró en la tienda puso sus cosas sobre el mostrador y me dijo, ponme esto en el brazo”, cuenta Ward. “Si yo fuera un familiar suyo y hubiésemos ido juntos a otra tienda para que la tatuaran y nos hubiesen dado una negativa como respuesta, me hubiese molestado muchísimo… ¿Por qué decirle que no?”, concluye

Este artista del tatuaje le pone una calcamonía que se quita justo antes de la nueva cita de la semana siguiente. Algo tan sencillo que no se les había ocurrido al resto de tatuadores que Suzie había visitado. Jason no le cobra nada por el servicio, lo único que se lleva es la sonrisa de Suzie al ver lo contenta que se marcha del estudio cada viernes.
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El otro día encontré esta noticia que  me pareció interesante y corta pero entrañable y bonita. Con esto me gustaría hacer reflexionar un poco a cerca de la humanidad de las personas...
Como dice el artículo, y opino igual, que el hecho de ver a una persona con ciertos problemas limita actuar; por eso deberíamos cambiar los pensamientos y ponernos en la otra perspectiva, porque las pequeñas cosas, muchas veces hacen grandes a los demás...y esto se puede ver en la cara de felicidad que saca cada viernes ésta chica. Deberíamos pensar un poco mas en los demás, y no ser tan egoístas y egocéntricos; y que un pequeño acto de bondad puede marcar la vida de otra persona. 
Así que os invito a que le deis unas vueltas al asunto...

"La felicidad humana generalmente no se logra con grandes golpes de suerte, que pueden ocurrir pocas veces...sino con pequeñas cosas que ocurren todos los dias"(Benjamin Franklin)